Economía naranja. Modelos de negocio para mentes creativas

Para comprender el título Economía naranja, considero necesario manifestar que no debato la existencia de la creatividad en la mente del individuo; son las diferentes formas que tenemos para procesar la información y la aplicación a nuestra cotidianidad las que me asombran y algunas veces me espantan.

economia-naranja-emprendedor-digitalPosteriormente, definiré algunos conceptos: el primero que elijo se basa en el fundamento de economía que hemos aprendido y con el que se rige nuestra sociedad. Un modelo de negocio es un sistema por el cual se pretenden los ingresos y beneficios, a través de un producto o servicio al cliente. En un sistema ideal, existiría un balance entre estos elementos, y quizá se mantendría el equilibrio entre producto de buena calidad-cliente satisfecho-negocio redituable. Para esto se consideran varios factores, desde la percepción del tipo de cliente hasta los beneficios sociales. Sin embargo, no considero el pensamiento abstracto de algunos, que observan el gran panorama o, en su defecto, la pequeña imagen que brilla y encandila.

Ya entrando en el tema, es necesario que me extienda un poco más con La Economía Naranja. En el 2013, el Banco Interamericano de Desarrollo (IDB) publicó de forma descargable un manual para entender los conceptos claves en el debate actual sobre la “Economía Creativa”. Este texto se titula La Economía Naranja: una oportunidad infinita, por Felipe Buitrago Restrepo e Iván Duque Márquez. En este se exploran diversos temas alrededor de la riqueza creativa en América Latina y el Caribe; también se mencionan cuestiones relativas a la propiedad intelectual y la herencia cultural de las zonas estudiadas.

Entonces, la base fundamental del tema es el entendimiento y comprensión de los cambios constantes y precipitados en las estructuras que cimentan algunas economías. Comenzando con uno de los primeros modelos de negocio, y las “adecuaciones” que ha tenido con el paso de los años en nuestra sociedad. La “tiendita de la esquina”, el tendero es uno de los primeros modelos de negocio existentes. Sin embargo, este concepto se ha ido modificando de acuerdo a las tendencias globales en las últimas décadas; estas tiendas se ubicaban en zonas donde el potencial de clientela era mayor y ofrecían productos para sus necesidades básicas y cotidianas. Estas tienditas facilitaban, por un precio mayor, el trabajo de traslado y recorrido al mercado. Tiempo después se juntaron ambos conceptos en uno solo, llamado supermercado; el precio seguía estando por encima de los mercados, pero competía con las “tienditas”. Ahora tenemos mercados, supermercados, hipermercados, ventas de mayoreo, los tradicionales mercados y los nuevos minisúper (que son tienditas con uniforme) en casi cada esquina de la ciudad.

La crudeza del ejemplo anterior es, desde mi perspectiva, la de la realidad social y la economía; es decir, las tendencias de oferta y demanda no distinguen otros conceptos, no se había considerado (hasta ahora) como parte de una estructura de comunidad y sociedad activa.

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