El gran éxito de una mujer emprendedora: Rosa Clará

Mezclar palabras como “éxito empresarial” y “mujer española” no puede dar otro resultado: Rosa Clará.

Como todos sabemos (o mínimamente imaginamos), el mundo de la moda es de los más complicados. No solo por la creciente competencia en la que se desenvuelve, sino por la exponencial aparición de nuevos y jóvenes diseñadores, por las ofertas económicas de grandes cadenas como Zara y H&M… Si a esto le sumamos que los fashion bloggers están rompiendo las tendencias del mercado y algunos, como el caso de la italiana Chiara Ferragni, mueven hasta 6 millones de euros al año, podemos pensar que antes de emprender en este sector sería mejor dedicarse a otro radicalmente diferente. Ahora añade a esta ardua receta que el resultado ha de ser un traje de novia. ¡Suena imposible!

Sin embargo, a pesar de la dificultad en las barreras de entrada, hay muchos que han querido romper los moldes establecidos desde los años 30 en que aparecieron los grandes modistas del S. XXI. Ese fue y es el caso de la catalana Rosa Clará.

Rosa Clará empezó su andadura empresarial en el sector de la moda nupcial en 1995, año en el que abrió su primera tienda en el Paseo de Gracia de Barcelona. En ella ofrecía diseños innovadores, nada similar a lo que en esa época se comercializaba, lo cual le sirvió para obtener una importante ventaja competitiva y atacar en un nicho de mercado floreciente por aquel entonces. Revolucionó el sector.

Me di cuenta de que todo lo que se hacía en el mundo de la moda nupcial era igual de monótono. A los 31 años tuve un hijo y paré durante año y medio, y a la hora de volver lo hice montando una tienda, comenta Rosa Clará sobre sus inicios.

El clamor del público le llegó de sopetón, por sorpresa, el cual no solo vino de la mano de las exponenciales ventas en su establecimiento sino también en todos los eventos en los que presentaba sus colecciones.

En una feria a la que acudimos en Barcelona presentamos nuestra primera colección y tuvo un éxito inesperado. Empezamos a hacer la lista de lo que necesitábamos para fabricar lo que habíamos vendido y nos dimos cuenta de que no teníamos dinero para comprar más tejido y seguir confeccionando.

Quizás en este punto, tú, emprendedor/a, puedas sentirte identificado/a. Revolucionaste de tal forma el sector en el que entraste que no supiste cómo seguir…

Al final una serie de bancos concedieron los avales para que pudiéramos seguir adelante. Que nadie se engañe, arrancar cuesta mucho, confiesa la modista.

Y llegó el momento de crecer, con tan poca historia (medida en tiempo que no en esfuerzo) en su vida. ¿Su estrategia? Abrir tiendas propias y franquiciadas a lo largo y ancho de la madre patria. Para posteriormente dar el paso a la expansión internacional. La consolidación de la compañía y su hegemonía dentro del sector llegaron gracias a la colaboración con grandes diseñadores conocidos tanto dentro como fuera de Europa; aquí dos de sus mejores ejemplos:

Abrimos una franquicia en la mejor calle de París, un local de 600 metros cuadrados. Sí llego como Rosa Clará los franceses probablemente no me conocerán. Pero si llevo de una mano a Karl Lagerfeld y de la otra a Christian Lacroix, la cosa cambia.

Esa fue la clave de su secreto, el que hasta ahora le ha mantenido en la cúspide de todos los rincones a los que ha llegado: expandir la marca Rosa Clará ofreciendo diferentes firmas bajo contratos de exclusividad para fabricar y distribuir sus colecciones. 

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