Estrategias. Compara tu negocio con una batalla… Y aprende a ganar

Las estrategias, al igual que en una guerra, hacen referencia a las acciones de planificar, organizar, dirigir, coordinar y controlar (PLAORDICOCO, recuerda esta palabra que aprendí en el MBA y nunca olvidarás esos cinco verbos) los recursos disponibles para conseguir un objetivo determinado. Si aplicas adecuadamente tus estrategias vas a hacer lo mismo que Napoleón en toda Europa, pero en tu caso (y por ahora) a pequeña escala: vencerás.

Napoleón triunfó por una sencilla razón: tenía la información suficiente para saber dónde establecer su punto de mira.

  1. Analizaba su situación actual, su entorno, contabilizando el número de activos armamentísticos y humanos y proyectando resultados en base a su capacidad.
  2. Estudiaba el posicionamiento de su ejército y de sus aliados en el interior y en la frontera de las regiones en las que tenía presencia, según las diferentes metodologías de ataque con las que potenciar el número de victorias.
  3. Por supuesto, siempre tenía datos en tiempo real de sus enemigos. Sabía en cada momento dónde se encontraban sus batallones, hacia dónde se dirigían y cuáles eran sus puntos fuertes y débiles para poder sacar ventaja competitiva.
  4. Controlaba el resto de factores externos a la perfección, desde las necesidades de su pueblo para saber qué darle y tenerlo contento hasta los territorios potenciales donde, sin apenas esfuerzo, podía penetrar para tener mayor presencia y por tanto, alcance de sus tropas.

Algo que Napoleón también supo hacer muy bien (al menos en sus primeros años como Emperador), fue establecer unos objetivos reales, factibles y medibles.

Si ahora volvieras a leer estos cuatro puntos aplicando cada acepción a tu negocio, cambiando en tu mente a los soldados por tu fuerza de ventas, a los enemigos por tus competidores… ¿Te resultan familiares estos términos? Si tu respuesta es que sí, vas por buen camino. Sigamos…

Ganar.Algo que Napoleón también supo hacer muy bien (al menos en sus primeros años como Emperador), fue establecer unos objetivos reales, factibles y medibles. Primero ganar a los ingleses y entrar en Londres, después a los austro-rusos y llegar a Viena y posteriormente, a una de las capitales más preciadas por sí misma, Berlín. Estableció metas a corto, mediano y largo plazo siempre considerando los tres escenarios posibles:

  1. Quedar neutral.
  2. Perder.

De nada sirve empezar a actuar sin haber definido hacia dónde quieres dirigir tu negocio

En tu caso es lo mismo, de nada sirve empezar a actuar sin haber definido hacia dónde quieres dirigir tu negocio, tu imperio. Si no sabes qué beneficios y costos te implicará hacer una diversificación de tu producto, entrar en un nuevo canal de ventas o expandir tu red de sucursales sin considerar la reacción de la competencia o de los propios consumidores, estás perdido.

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