Créditos bancarios, ¿cuál se adapta mejor a tu negocio?

Pedir un crédito bancario no es fácil. Por muy capacitado que esté el asesor de turno que te atienda y te explique las características de la gran gama que actualmente maneja la institución pertinente, no olvides que su labor es VENDER, por lo que todo lo que te cuente siempre va a sonar a melodía angelical.

A pesar de que debes de tener unas nociones básicas para poder empezar a comparar la oferta que se ofrece en este extenso mercado, conocer los tipos de productos y analizar cuál es el que mejor se adapta a tus necesidades también es un must.

Tarjetas de crédito

Es la mejor opción para gastos que requieren de su pago a corto plazo pero que, consecuentemente, van a verse retribuidos de manera inmediata, teniendo hasta 30 días para poder afrontar el monto. Si ese es el caso, no tendrás problemas para alcanzar el pago mínimo para no generar intereses; de lo contrario podrás elegir entre pagar lo mínimo mensual que la institución te requiere o la cantidad que mejor se acomode a tu tesorería. Con cuidado, porque en estos dos últimos supuestos entra en juego el CAT que firmaste en tu contrato con el banco y la cantidad adeudada se va a diferir hasta su liquidación total.

La gran ventaja de esta modalidad son las promociones temporales que pueden ofrecerte, como meses sin intereses. Te podrás plantear: ¿de qué sirve para mi negocio que acuda a una tienda departamental y financie algo así?. Piensa en bienes duraderos, como electrodomésticos o equipos electrónicos. Muchos de los beneficios de determinados establecimientos solo se pueden disfrutar teniendo la tarjeta de crédito asociada a su marca (Costco, Liverpool, etc.), por lo que nunca debes olvidar la revisión del costo de la anualidad y de las comisiones (altas, por lo general), así como el resto de términos y condiciones.

Préstamos personales

¿Sabes cuál es la diferencia entre un crédito y un préstamo? Mientras que en el crédito el banco te otorga una cantidad de dinero, pudiendo disponer de ella o no y pagando solamente los intereses correspondientes de lo que utilizas, en el préstamo pagas intereses sobre el total de la cantidad de dinero que te prestan, dispongas o no del dinero.

Tal y como su nombre lo indica, son créditos asociados a una persona física (sea o no con actividad empresarial). No tienen un fin específico y, en la actualidad, están dejando de tener trámites tan burocráticos como antaño para pasar a ser de preaprobación y de disponibilidad inmediata; esto con base en el saldo promedio de los depósitos de la cuenta.

Suelen estar diferidos a 12, 24 o 36 meses, aunque las ofertas más personalizadas dan la opción de poder cerrarlos en un plazo estipulado por el titular. Obviamente, a mayor plazo, mayor interés soportado; por lo que es importante informarse si hay gastos de penalización por pagos anticipados. De igual forma, la frecuencia de las amortizaciones puede ser semanal, mensual, semestral… dependiendo del flujo de efectivo que tenga el negocio en particular. En mi opinión, esta es una de las variables más importantes que hay que tener en cuenta para no incurrir en mora.

Créditos de nómina

Funcionan de manera similar a los personales pero con una salvedad: el banco te impone el recibo de tu nómina en una de sus cuentas corrientes (habitualmente homónima). Así, para su área de crédito, es mucho más fácil calcular el monto que pueden otorgarte, su plazo y su frecuencia de pago; definitivamente conocen a la perfección tus patrones de gasto mensual. La amortización es descontada directamente por tu empleador o por la institución bancaria.

Como dato adicional y fruto de mi experiencia laboral: si tienes el suficiente número de empleados en tu negocio interesados en un crédito de nómina busca la mejor alternativa del mercado, no solo en cuanto a la cantidad multiplicada de su salario y la tasa ofrecida, sino también en la comisión que a ti, como intermediario y retenedor de las amortizaciones de cada uno, pueden llegar a pagarte del capital total originado: ¡ingreso extra! Quizás esta sea la razón por la cual los créditos de nómina están afianzando su primera posición en el mercado mexicano como fuente de financiación, robando mercado a las tarjetas y a otros productos tan populares como los préstamos personales.

Préstamo para la Adquisición de Bienes de Consumo Duradero (ABCD)

La finalidad de este crédito está relacionada con la compra de bienes que tienen un valor comercial y una vida útil determinada (se amortizan contablemente), como son los elementos de transporte, electrodomésticos, equipos informáticos… En la mayoría de los casos no alcanzan para pagar el total del valor de dicho artículo por lo que el banco, como requisito indispensable, requerirá que demuestres la capacidad de pago de la cantidad restante; en los peores casos, que ya esté facturado, sirviendo este como garantía del propio préstamo.

Crédito refaccionario

¿Necesitas nueva maquinaria o reparar alguna de tus instalaciones? Este es el crédito que mejor se amolda a tus requisitos. El hecho de que estén destinados a la compra de bienes de activo fijo o de capital implica que el rendimiento esperado de la inversión no va a poder alcanzarse a corto plazo (como en el caso de aquellos que están destinados a la compra de materia prima o a otro tipo de gastos operativos); consecuentemente se amortizan en el largo término. La garantía que el banco guarda en propiedad es el bien mencionado.

El crédito refaccionario está enfocado a la adquisición de maquinaria, inmuebles o a la reparación de instalaciones relacionadas con la empresa. Es decir, este tipo de crédito se otorga para adquirir bienes de activo fijo o bienes de capital.

Crédito avío

En el caso de que tu negocio pertenezca al sector primario o secundario, existe un tipo de crédito particular dirigido a ti. Ya sea para invertir en semillas, fumigadores, insumos para el engorde del ganado… la ventaja de estos créditos es que se adaptan a la capacidad de retorno de la inversión según su finalidad. No es lo mismo plantar agave que aguacate, por lo que la exigibilidad por parte de la institución ha ser diferente y personalizada.

Se manejan tablas preestablecidas de productos financieros con base en el tipo de cultivo, la estación del año en que se plante y se recolecte, la región y el tipo de tierra… Igualmente para los ganaderos, según el tipo de animal con el que se trabaje.

Crédito hipotecario

Seguro que te suena familiar… pero no solo sirve para la adquisición de tu vivienda particular, sino también para el lugar donde va a establecerse tu negocio, tu centro de producción o una de tus sucursales.

Al igual que el destinado para uso doméstico, la institución solicita un porcentaje del valor del inmueble, popularmente conocido como enganche. Por supuesto, las escrituras de la propiedad también, ya que sirven como garantía.

Back to back

Si tienes algo de capital invertido en alguna institución financiera, puedes disfrutar de los beneficios de un back to back. En caso de necesidad y antes de que se cumpla el plazo de tu inversión, puedes disponer de ese monto gracias a que el banco te lo presta a cambio de un interés preferencial; siempre más alto que la tasa de rendimiento esperado de la inversión, pues si no, no sería negocio.

Un gran problema que vive México, a diferencia de otros países con niveles de crecimiento equiparables de Latinoamérica, es la informalidad de sus negocios; lo que en última instancia se puede traducir en una menor oferta de productos financieros, cuyas consecuencias pagamos todos de manera indirecta al sufrir las duras condiciones que muchas veces imponen los grandes del mercado.

La banca no debe prestar a los sectores informales porque es un incentivo perverso para que en el país sigan creciendo

fueron palabras de Eduardo Osuna, Director General de BBVA Bancomer.

En el cuarto trimestre de 2015, la tasa de informalidad se ubicó en el 58.2% de la población ocupada, un 4% superior respecto del mismo periodo de 2014 y el equivalente a 30 millones de personas. Esto es un dato grave si lo traducimos a cifras bancarias ya que, como mencioné, el área de crédito de un banco necesita poder hacer un análisis de estados financieros confiables.

Para terminar, un último dato importante es el Índice de Morosidad (IMOR) del país, que a finales de 2015 se situó en 2.95%; bajó en comparación al mismo periodo de 2014. La cartera vencida (impagos con más de 90 días) en consumo fue de 4.64%, con una caída generalizada en todos los segmentos. El IMOR en vivienda también cayó para llegar a 3.43%.

Teniendo las nociones básicas financieras, conociendo la oferta que está a tu disposición y entendiendo hacia dónde se dirige el mercado, estás preparado para sentarte con un asesor y escuchar lo que tiene para ofrecerte. ¿Qué esperas? Quizás sea el momento perfecto para crecer tu negocio con deuda exigible.

¿Quieres saber más? Lee nuestra sección de financiamiento.

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